Cuando Rusia invadió Ucrania en 2022, el Alpha Nero, un superyate incautado por Estados Unidos a un oligarca ruso, se convirtió en una pesadilla para la isla de Antigua y Barbuda. El barco, con un valor estimado de 120 millones de dólares, se enfrentó a una serie de demandas legales que impidieron su venta.
Mientras tanto, los contribuyentes de Antigua se hicieron cargo del costoso mantenimiento del Alpha Nero, que consumía 2.000 dólares de combustible diariamente para mantener su aire acondicionado en funcionamiento. El mantenimiento total ascendía a 28.000 dólares semanales, agotando las arcas públicas.
A pesar de los intentos del propietario de obstaculizar la venta, un comprador anónimo finalmente ofreció 40 millones de dólares por el yate. Si se concreta la venta, los fondos se destinarán a compensar el agujero financiero causado por el Alpha Nero.
**Conclusión**
El caso del Alpha Nero destaca el impacto imprevisto de las sanciones internacionales en los países más pequeños. Si bien la incautación de activos rusos fue una medida necesaria para castigar la agresión, también tuvo consecuencias imprevistas, como el daño económico a Antigua y Barbuda. Este incidente subraya la necesidad de considerar cuidadosamente las implicaciones de las sanciones y proporcionar apoyo a los países afectados por ellas.