Mientras España aspira a reducir su semana laboral a cuatro días, Corea del Sur está presionando para un retorno a la jornada de seis días.
Corea del Sur actualmente tiene una de las jornadas laborales más extensas del mundo, con hasta 52 horas semanales. Ahora, buscan extenderla aún más. Cuando las empresas no cumplen con sus objetivos financieros, presionan a los empleados a trabajar «voluntariamente» los seis días de la semana.
Esta tendencia está liderada por los gerentes y ejecutivos de las grandes empresas, quienes trabajan más allá de las cinco jornadas laborales habituales para encontrar estrategias para mejorar la situación empresarial.
Las leyes laborales actuales de Corea del Sur limitan la semana laboral a 52 horas, con 40 horas de jornada ordinaria y hasta 12 horas extras permitidas semanalmente. Sin embargo, se están considerando cambios para extender la jornada laboral a 69 horas semanales.
Algunas empresas, como Samsung, Hyundai Oilbank y SK On, ya están presionando a sus ejecutivos para que trabajen más horas, incluso los fines de semana. Esto plantea la preocupación de que esta presión pueda extenderse a los empleados de menor rango y a las empresas más pequeñas, poniendo en riesgo el actual modelo laboral del país.
La larga jornada laboral de Corea del Sur se ve obstaculizada por una baja productividad y una población que envejece rápidamente. Extender las horas de trabajo podría exacerbar la crisis demográfica del país. Además, podría desalentar la natalidad, lo que conduciría a una mayor escasez de mano de obra.
**Conclusión**
La presión para aumentar la jornada laboral en Corea del Sur contradice la tendencia global hacia una semana laboral más corta. Es esencial priorizar el bienestar de los empleados, la productividad y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. La prolongación de las horas de trabajo puede tener consecuencias negativas para la economía y la sociedad de Corea del Sur en general.