Mikhail Matveev, un hacker ruso también conocido como «Wazawaka» y «Boriselcin», es buscado por el FBI, que ofrece una recompensa de 10 millones de dólares por información que conduzca a su arresto, y ha sido incluido en una lista de sanciones de EE. UU. Sin embargo, Matveev afirma que su vida no ha cambiado mucho desde que fue identificado como presunto ciberdelincuente y colocado en la lista de los más buscados del FBI.
Según Matveev, las sanciones son beneficiosas para su seguridad y significan que Rusia no lo deportará. Para evitar ser capturado fuera de Rusia, ha decidido no viajar más y afirma haber «quemado» su pasaporte. Su último viaje fue a Tailandia en 2014, donde probó escorpión y lo encontró «delicioso».
Este año, el gobierno de EE. UU. acusó a Matveev de participar en «una campaña global de ransomware» contra víctimas en todo el mundo. Se alega que Matveev es un «afiliado prolífico de ransomware» que colaboró con grupos de ransomware como Hive, LockBit y Babuk para llevar a cabo «ataques significativos» contra corporaciones e infraestructuras críticas en EE. UU. y otros lugares.
Matveev niega estar afiliado a algún grupo de ransomware y afirma que solo «alquiló su software para sus propios propósitos». Desde la acusación y las sanciones, ha mantenido una presencia activa en las redes sociales y ha bromeado sobre las medidas tomadas contra él con personas aún involucradas en operaciones de ransomware.
Aunque Matveev afirma que ya no está interesado en el ransomware, admitió que extraña el hacking y no descarta volver a ello en secreto. También mencionó que invierte en criptomonedas y está trabajando en un sitio web sobre ciberseguridad. Matveev se negó a revelar cuánto dinero ha ganado con sus actividades de ransomware y desestimó la cifra de 200 millones de dólares en pagos de rescate atribuida por el FBI a él y sus cómplices, sosteniendo que no es real.